Alguna vez te has preguntado si podrías tener un trastorno disociativo? Si es así, toma este cuestionario y busca más información. Antes de empezar, creamos este cuestionario para ayudarte. Elige la respuesta que se ajuste más a ti:
1. ¿Experimentas brechas frecuentes en tu memoria?
- a) Sí, todo el tiempo.
- b) Sí, a veces.
- c) De vez en cuando.
- d) No, no con frecuencia.
2. ¿Sientes en ocasiones que tu entorno parece bidimensional?
- a) Sí, sucede mucho.
- b) A veces.
- c) No.
- d) ¿De qué estás hablando?
3. ¿Te sientes distanciado de ti mismo/a?
- a) Sí, es como si estuviera viéndome a mí mismo/a.
- b) A veces.
- c) No realmente.
- d) Nunca.
Si respondiste «a» a la mayoría de las preguntas, es posible que estés experimentando un trastorno disociativo. En el lenguaje cotidiano, muchos usan la palabra «disociar» de vez en cuando o como una broma. Sin embargo, la disociación puede indicar un trauma no resuelto. Disociarse va más allá de estar distraído. Es un mecanismo de afrontamiento contra el trauma y, a largo plazo, afecta tus pensamientos, estado emocional, recuerdos e incluso tu sentido de identidad. Aunque es un mecanismo de afrontamiento útil, los eventos disociativos frecuentes dificultan la vida cotidiana, ya que interrumpen el día a día.
Tipos de disociación
Existen tres tipos de trastornos disociativos:
1. Trastorno de identidad disociativo: también conocido como trastorno de personalidad múltiple, presenta diferentes síntomas pero comparte la sensación de desapego.
2. Amnesia disociativa: se caracteriza por lagunas o pérdida de memoria sin una causa identificable.
3. Trastorno de despersonalización o desrealización: se experimenta una sensación de desapego de uno mismo o del entorno.
Estos tipos de disociación pueden presentar síntomas diferentes, pero todos comparten la sensación de desapego. Sentirse distanciado de los demás, del entorno o de uno mismo es un signo importante de un trastorno disociativo. Es un rasgo fácilmente reconocible para aquellos que experimentan despersonalización o desrealización, pero se necesita autoconciencia para darse cuenta de que te sientes alejado de ti mismo/a. Tómate un tiempo para revisarte y reconectar si te sientes un poco distanciado/a de ti mismo/a.
Otro signo es una sensación borrosa de identidad. Además de sentirse distanciado, también puedes experimentar una sensación de identidad borrosa, como si te hubieras alejado de tus valores fundamentales o como si no te reconocieras a ti mismo/a. Si te sientes así, haz cosas que refuercen tu sentido de identidad, explora actividades que hayas dejado de hacer y haz cosas auténticas. Si necesitas ayuda, siempre puedes acudir a un terapeuta.
Otro signo de disociación es tener lagunas en la memoria. Tener lagunas en la memoria no se debe a factores externos o medicamentos, sino que ocurre sin ninguna causa fácilmente reconocible. Darse cuenta de las lagunas en la memoria es difícil porque no eres consciente de que te perdiste algo, por lo que suele ser un signo preocupante. Una forma efectiva de ser más consciente de posibles lagunas en la memoria es llevar un diario, anotar todo lo que planeas hacer durante el día o la semana.
La incapacidad para hacer frente al estrés es otra señal de disociación. La disociación es una respuesta a situaciones estresantes. Una forma clara de reconocer la disociación de manera temprana es evaluar tu tolerancia al estrés. Si notas que el estrés te afecta más de lo habitual, tu cerebro puede recurrir a la disociación para hacer frente. Los signos claros de una incapacidad para hacer frente al estrés incluyen irritabilidad, hipersensibilidad y fatiga persistente. Si te sientes abrumado/a por el estrés, date un paso atrás y haz menos. A veces, para hacer más, es mejor empezar poco a poco. Si hacer menos no parece una opción, haz algo que te ayude a liberar el estrés, como hacer ejercicio, bailar o pintar.
Otra característica de la disociación es la sensación de entorno irreal. Los alrededores pueden sentirse como accesorios de un set o partes de una pintura bidimensional. Este síntoma es típico en casos de desrealización. La desrealización es un tipo de trastorno disociativo en sí mismo, pero los síntomas de la desrealización también pueden persistir en otros tipos de trastornos disociativos. Para ser clasificado como síntoma de un trastorno disociativo, la falta de realidad de tus alrededores no debe ser causada por factores externos. Si notas momentos frecuentes de desrealización, busca la ayuda de un terapeuta para obtener orientación y apoyo.
Los trastornos disociativos también pueden ser comórbidos, es decir, coexistir junto con otros problemas de salud mental como la depresión, la ansiedad y el trastorno de estrés postraumático (TEPT). Si notas alguno de los signos mencionados en este artículo y necesitas ayuda, busca a un terapeuta que pueda guiarte a través de la terapia cognitivo-conductual o terapia de conversación, y que te brinde un espacio abierto y seguro para hablar.
¿Has experimentado alguno de estos síntomas? Cuéntanos en los comentarios y comparte este contenido con otros que puedan beneficiarse.