5 cosas sorprendentes que la ansiedad te hace hacer

La ansiedad puede hacerte sentir agotado y abrumado, y a menudo te impide alcanzar tu potencial. También puede hacerte sentir asustado, solo y triste. Además, la ansiedad puede dar lugar a hábitos nerviosos que se infiltran en tu vida diaria, muchos de los cuales puede que ni siquiera te des cuenta o reconozcas debido a tu ansiedad. Estos hábitos no solo afectan negativamente tu calidad de vida, sino que también empeoran la ansiedad que ya tienes. A continuación, se presentan cinco cosas que la ansiedad te hace hacer:

1. Mirar las redes sociales sin cesar.

Está estimado que una persona promedio pasa alrededor de 300 pies de contenido en las redes sociales, lo que es del tamaño de la Estatua de la Libertad. No es ningún secreto que a menudo estamos pegados a nuestros teléfonos y la ansiedad a menudo tiene la culpa de ese problema. Cuando te preocupas mucho, coger el teléfono puede convertirse en un hábito automático y sin pensar. De alguna manera, entras en un nuevo mundo mientras estás en tu teléfono, un mundo lleno de cosas bonitas que te gustan y donde no tienes que sentir ansiedad. Por eso sigues volviendo una y otra vez y, antes de darte cuenta, has pasado horas y horas mirando la pantalla.

2. Volver a ver los mismos programas de televisión.

Ver programas de televisión en maratón no solo es divertido, sino que también puede ser reconfortante y ayudarte a escapar de las preocupaciones por un tiempo. Pero si estás ansioso, es posible que comiences a ver los mismos programas una y otra vez, incluso cuando ya sabes qué sucede. Tienes una sensación de familiaridad y rutina, lo que te ayuda a establecer un sentido de control, ya que no estás tan ansioso por lo que sucede a continuación. Al volver a verlos, te sientes más cómodo y tu ansiedad finalmente te deja en paz por un rato.

3. Comer en exceso.

Mientras que nuestros antepasados buscaban comida para sobrevivir, hoy en día la buscamos también para sobrevivir emocionalmente. Por esa razón, es posible que te encuentres buscando consuelo en la nevera cuando la ansiedad se apodera de ti. Las barras de chocolate, un cartón de helado o una bolsa de papas fritas se convierten en un alivio temporal. Pero por mucho que te sientas bien al comer tus preocupaciones, este hábito ansioso no es una forma saludable de lidiar con la ansiedad y puede traerte aún más problemas a largo plazo.

TE PUEDE INTERESAR:   Señales claras de depresión, no pereza.

4. Posponer tareas.

Algunos de ustedes pueden estar pensando: «¿No deberías estar tan preocupado que desees hacer todo aquí y ahora?» Puede parecer así, pero no siempre es cierto. Los sentimientos de ansiedad a menudo te llevan a evitar tus responsabilidades. Hay numerosas razones por las que esto puede suceder. Quizás tienes miedo al fracaso y te preguntas: «¿Por qué debería intentarlo siquiera?» O tal vez sientes una fuerte necesidad de ser perfecto, y eso te impide comenzar la tarea porque no sabes cómo alcanzar esa perfección. La parte más difícil de la conexión entre la ansiedad y la procrastinación es que es un ciclo interminable. Estás ansioso porque procrastinas, pero también procrastinas porque estás ansioso.

5. Cancelar planes a última hora.

La ansiedad viene acompañada de pensamientos excesivos, y cuando se trata de hacer planes, puede parecer una gran oportunidad para sobreanalizar. Esto puede llevarte a cancelar tus planes en el último minuto. Tal vez decidas no asistir a esa fiesta o a una cita, e incluso, en casos extremos, es posible que te sientas demasiado nervioso para ir a una entrevista de trabajo. Socializar puede ser abrumador y cancelar simplemente parece más fácil. Pero a largo plazo, te estás privando de grandes oportunidades, lo que crea otra razón para sentirte mal contigo mismo.

Conclusión

Estos hábitos ansiosos pueden convertirse en parte de tu rutina diaria. ¿Tienes otros hábitos ansiosos que haces cuando la vida se vuelve demasiado difícil de manejar? Cuéntanos en los comentarios a continuación. Esperamos que este artículo te ayude a ser más consciente de esas pequeñas cosas. Darse cuenta de los malos hábitos es el primer paso para cambiarlos. Si te ha gustado este artículo o te ha ayudado a obtener una idea, por favor, dale a «Me gusta» y compártelo con amigos. Como de costumbre, todas las fuentes utilizadas se encuentran en la descripción a continuación. ¡Gracias por leer hasta el final y hasta la próxima!

Deja un comentario