¡Atención a todos aquellos que están siempre ocupados! El hecho de no tener tiempo y estar constantemente ocupado se ha convertido en un punto de orgullo, lo cual es totalmente poco saludable. Lamentablemente, muchos de nosotros nos hemos vuelto adictos a este estilo de vida y regularmente agotamos nuestras energías, sin prestar atención a las señales internas que nos indican la necesidad de relajarnos. Si no prestas atención, podrías poner en marcha un camino rápido hacia el agotamiento. La prevención de esto implica mantener los niveles de estrés bajo control. Si bien hay señales obvias de estrés, es importante reconocer las señales menos conocidas que se esconden detrás de otros síntomas aparentemente no relacionados. Veamos estas señales ocultas de estrés:
1. Constantemente cansado pero no puedes dormir
Este es el signo más prominente de estrés oculto. Si el estrés te tiene constantemente agotado, es muy probable que tu mente no se desconecte para permitirte dormir correctamente, lo cual es una de las cosas más importantes para recargar energías y enfrentar el próximo día. Si no eres consciente de que la fatiga extrema te impide conciliar el sueño por la noche, te quedas despierto aún más tiempo y creas un ciclo interminable.
2. Enfermas constantemente
El estrés afecta tu sistema inmunológico y lo debilita, dejando a tu cuerpo incapaz de protegerse de enfermedades. Si te enfermas constantemente, saltando de una tos a un resfriado u otras enfermedades sin una razón obvia, podría ser estrés.
3. Problemas de memoria
Si tienes problemas para recordar cosas, como algo que alguien te dijo ayer o qué merienda comiste hace unas horas, y esto te sorprende, podría ser estrés. Cuando estás estresado, tu cerebro se ve afectado, incluida la parte que administra la memoria a corto plazo. Aunque la memoria a largo plazo sigue intacta, el estrés crónico afectará tus habilidades de razonamiento y resolución de problemas si no se aborda adecuadamente.
4. Ira y frustración descontroladas
El estrés abrumador a menudo provoca intensos sentimientos de ira o frustración que surgen sin previo aviso y de manera desproporcionada a la situación. Puede ser impactante experimentar esta oleada masiva de ira y frustración. Lo que puedes hacer es dar un paso atrás y darte cuenta de que no estás realmente enojado con una persona en particular, sino más bien con la situación en general. Divide la situación en partes más pequeñas y manejables.
5. Malestar al estar quieto demasiado tiempo
Tal vez no te des cuenta, pero además de los músculos de los brazos y piernas, hay muchos músculos más pequeños que te ayudan a estabilizarte. Estos son los que duelen después de usar pesas y dices «me duele en lugares que no sabía que tenía». ¿Sabes qué hace el estrés? Los hace tensos y no están contentos, flexibles ni sueltos. Entonces, ya no te sientas cómodamente en un cojín flexible de tu cuerpo, es más como una roca ligeramente flexible. ¿Suena incómodo? Claro que lo es. ¿Adoptas inconscientemente posiciones como encorvarte o cruzar las piernas para sentirte más cómodo? Probablemente lo hagas, al igual que yo. Pero ninguna de estas posiciones es muy buena para nuestros cuerpos y tendrán efectos perjudiciales a largo plazo. Así que no olvides tomar descansos regulares, aunque sean cortos, para desenredarte.
6. Sientes que tu corazón siempre está acelerado
Nuestro impulso básico, al igual que todos los seres vivos, es sobrevivir. Al igual que un ciervo que escapa de un depredador, nuestros cuerpos también han desarrollado un mecanismo de supervivencia ante el peligro inminente: la respuesta de luchar o huir. Tal como dice en la lata, este reflejo prepara tu cuerpo para pelear o huir, incluyendo hacer que tu corazón lata más rápido para suministrar más sangre a los músculos. Esto significa que podrías estar sentado en tu escritorio, mirando una pantalla, pero tu corazón está corriendo como un hámster recargado de cafeína. Es agotador.
7. Antojo frecuente de comida chatarra
Si tienes antojos frecuentes de comida chatarra como postres, papas fritas o helado, este podría ser un signo de que algo no está bien. Esto está relacionado con la respuesta de luchar o huir mencionada anteriormente. Tu cuerpo básicamente dice: «En el corto plazo, no es momento de pensar en comer, ¡huye, huye!» Entonces, se desactiva el apetito normal o regular y se produce cortisol, la hormona del estrés. Esta respuesta también le indica a tu cuerpo que se necesita un consumo de energía intenso, por lo que tu cuerpo piensa que absolutamente necesitas azúcares y grasas, básicamente combustible rápido para esos músculos que necesitas poner en forma o para huir del depredador. El resultado es que generalmente tienes hambre porque el estrés interrumpió tus hábitos normales de alimentación y hay una alarma interna que dice que necesitas comida chatarra para vivir, y lo siguiente que sabes es que estás alcanzando la bolsa de papas fritas o las papas fritas cubiertas de helado.
8. Pierdes toda motivación para hacer tareas
Aquí es donde alcanzas un nivel máximo de procrastinación y te encuentras posponiendo todas las tareas que debes hacer, como los quehaceres de la casa, las responsabilidades laborales e incluso ir a comprar alimentos. Como puedes imaginar, el resultado no es bonito. Si esta falta de motivación se vuelve crónica, las tareas acumuladas, los platos sin lavar y la nevera vacía solo aumentarán el estrés y provocarán el agotamiento.
9. Problemas de enfoque
Tomar pequeños descansos es importante cuando te fuerzas a trabajar sin un respiro durante mucho tiempo. Saturas tu cerebro, la esponja ya no puede absorber más y otras cosas se omiten, como recordar dónde dejaste las llaves y la información entrante comienza a verse como una mancha difusa. Te resultará difícil mantener el enfoque al intentar actividades de pensamiento más elevadas, como leer o conducir.
10. Dolores de cabeza frecuentes
Como se mencionó antes, los músculos de la cabeza, el cuello y los hombros se tensan con el estrés, lo que provoca dolores de cabeza tensionales. Esta tensión puede provocar inflamación de los vasos sanguíneos, lo cual desencadena la temida migraña. Calma, no te estreses. Uno o dos de estos síntomas podrían ser causados fácilmente por otras cosas. Pero si reconoces muchos de ellos, es posible que desees consultar a un profesional de la salud. El estrés crónico es peligroso, especialmente cuando los signos son inconspicuos, y puede desgastar tu salud mental, física y emocional si no se trata. Así que por favor, tómate esos descansos para recargar tus baterías y poder manejar mejor cualquier desafío que se presente. Un tú saludable es un tú más fuerte. ¡Gracias por leer, nos vemos pronto!